Te llevo pintada en el alma
de tanto mirar tu retrato;
y siento su aroma de nardo
con fresca y sublime fragancia.
Igual que las luces del alba
que alumbran con fúlgidos rayos;
te llevo pintada en el alma
de tanto mirar tu retrato.
Con tinta de tierna añoranza
dibujo tu rostro adorado;
y viendo tu mágico encanto
de fràgil y mística dalia;
¡Te llevo pintada en el alma!
Autor: Aníbal Rodríguez.