Busque usted, fiel compañero,
o quizá, fiel compañera,
la palabra que yo quiero,
que muy pronto descubriera.
Si se esconde en el letrero
de lo mucho que escribiera
el enigma es muy certero
como un ave mensajera.
La palabra no se tilda
pero siempre lleva tilde
¿Y sabrá usted el motivo?
¡No es ninguna menegilda
y por llana, no se tilda!
¿Ya se puso pensativo?
Si el lector es asertivo,
dos opciones le convienen…
¡Qué las ansias no lo frenen!
Menegilda: criada de servicio. Le invito a leer indicaciones en el comentario de autor.