¡Oh Caballero invicto y majestuoso
relámpago nacido del oriente!
Se enfría nuestro amor, parece ausente,
y el camino antes recto está tortuoso.
¡Oh Caballero invicto y amoroso
Ilumina con tu Luz cada mente!
Ya que este mundo vil y decadente
es brillo fatuo para el talentoso.
Hay serpientes mordiendo los talones
día y noche sin pausa, sin descanso;
impera el egoísmo en corazones
al no reconocerte humilde y manso,
Tú, que cierras las bocas de leones
convirtiendo huracanes en remanso.
W.M®