Hoy llego de frente en pos a tu ridículo pedestal, indiferente
Llego furioso escupiendo versos con sabor amargo y con la luz de una hoguera samurái;
En ésta siniestra noche de blasfemias
Tu puto reino de ficciones ante mis pies, caerá.
Mis ojos viran 360 grados con la adrenalina asesina
Viendo con delicia a las inocentes monjas como se persignan:
Yo no cruzaré por tu senda aburrida, no señor.
Senda de barrotes y de espiritualidad afligida...
¡Librad a vuestras almas de la cotidianidad y de la acción cohibida!
¡Bebed de nuestra sangre!
Tomad las dagas con los puñales
Porque ésta es mi canción:
El control lo tomo yo desde éste piso, mi reino.
Apagad el motor,
Pues el comando de ésta puta simulación, lo tengo yo.