No te volveré a ver. ¿Hasta cuándo? No sé.
La distancia, el futuro, son signos de pregunta
que encierran nostálgicas dudas
y un angustioso porqué.
Sin embargo, sin verte, aún me quedas danzando
con tus líneas y pasos, avanzando hacia mí.
Mis insistentes ojos te fotografiaron así,
natural y con halo.
Copiosamente has sido grabada por mis ojos
y esbozaron mis manos tu cuerpo entre mi cuerpo.
Ahora la distancia me espina de recuerdos
con tu imágen de fondo.
¿Hasta cuándo? No sé. Estos cromos mentales
que mezclan ternura, desesperanza y fe.
Has quedado tatuada, conmovida, en mi ser
dónde habitas sin carne.
Mis ojos fueron cámara; mi alma un portacuadro,
un álbum y un cofre inexpugnable.
Tú fuiste más que eso, lo todo, lo impensable,
lo que perdí y aún guardo.