José Valverde Yuste

¡AY!

En mis terrazas 

donde defecan los pájaros

me acompaña la luna

dejando la chimenea al lado.

 

¡Ay si la chimenea hablase!

contaría secretos de enamorados 

como los manantiales esconden 

sus secretos más dorados

 

de dónde proviene el líquido 

transparente e insípido

que le da la vida y el tormento

en sus momentos mágicos o defenestrados.

 

¡Ay si la luna hablara!

contaría turbulencias del pasado

cuando no me has querido

con otro has estado.

 

Ese amor pecaminoso

reminiscencias de los oasis secos 

que hemos atravesado 

ismos casi insondables han causado 

 

¡Ay si el tejado hablase!

desde su altura contaría 

las memorias de la luna 

de los amantes

que hemos encerrado

en nuestros corazones

en silencio, como se esconde el pecado.

 

¡Ay si me casa hablase!

se caerían las chimeneas, 

las azoteas porque la luna 

los ha fulminado con sus rayos.