Raiza N. Jiménez E.

“Vene-suela”.-

He visto la negrura de la angustia retratada.

Hice silencio, para no llorar, por esta visión.

Muy claro grité: Yo no quiero comprensión.

Ahora, estoy sumergida en una encrucijada.

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Para las penas del alma no estoy preparada.

En cada casa, asiste la tristeza y conmoción.

No tienen que ver en ello, la fe o la religión.

Hoy, ante el mal, la gente, parece adaptada.

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Hago silencio forzado y muchos, me señalan.

Unos adoptan, el silencio cómplice o la nada.

Veo, no entienden que, con su mutis, avalan.

Deduzco y analizo pero, no estoy, iluminada.

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Por ahora, todo el discernimiento, vacaciona.

Son pocos los que, seriamente, se aparecen.

No miden lo que su inercia y apatía ocasiona.

Huir ha sido la salida, pero muchos, perecen.

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¡Fue y es la Cruz, el canjear, espejos, por oro.

La vil maña cobró vida, en un diabólico coro!