Tu esbeltez se me desliza
como agua entre las manos
y todo cuánto existe es posible
distinguirlo en el misterio de tu faz
-sobre tus llanuras vuelan las aves
sintiendo el gozo de su libertad-
es tu exterior de mineral duro
y por ende una joya cara
-resplandeces inconteniblemente
entre mis manos si te tomo-
hay erupciones en tu boca
y con tu fuego forjas la música
de mis arrobamientos
-es el viento que me rodea
fuerza de calor que tu boca expulsa-
yo tengo prisa por quemarme:
por lanzarme en tu cráter
-permíteme ver por dentro de ti
y reconocer el espacio de mi muerte-
renunciar a la vida prefiero
para convertirme en tu sangre de lava
y bañar tus confines de llamas
-pincha mis labios con un beso
de tu boca y que el reflejo del océano
se remonte al infinito-
alas de luz que decapitan
y con todo unifican la creación