Como alada y celeste sinfonía
que arrullara mi triste pensamiento;
tú trajiste la luz del firmamento
cual si fueras de amor la poesía.
Con tu voz de arcangélica armonía
a mis sueños trajiste dulce aliento;
como alada y celeste sinfonía
que arrullara mi triste pensamiento.
Tu me brindas de paz su gran placía
con tu roce de fresco y suave viento;
y llenando mis días de contento
diste luz a mi vida tan sombría,
¡como alada y celeste sinfonía.
Autor: Aníbal Rodríguez.