Si quiere volar… ¡qué vuele
y deja que vuele libre!
Cada quien tiene sus alas
y si al fin volar decide
que se marche, que se marche
y su vuelo no limites.
Que vuele libre en el viento
aunque tú nunca la olvides
y se quede en los recuerdos
que pintaste, que viviste,
porque nada es para siempre
lo que muere, no revive.
Que extienda libre sus alas
como Alondra por su alpiste,
como pájara que al cielo
vuela junto a Codornices
en busca de su futuro
y los sueños, que persigue.
Nada impida que su vuelo
sea siempre un vuelo libre
aunque el cielo esté pintado
con variadas nubes grises
porque la experiencia cuenta
y si cuenta, la redime.
Nunca impidas que su marcha
sea libre en la planicie,
en praderas o montañas
y en caminos con caliche
o en terrenos cenagosos
porque cada quien imprime
sus proezas y virtudes
si la situación lo exige.
Piensa en esto que hoy escribo
piensa en todo lo que dije
que si emprende libre el vuelo
nunca vas a arrepentirte
porque tú tendrás ganancia
si también te quedas libre.