el brujo de letziaga

Llámame loco.

Llámame loco...
Cuando no te devuelvo,
los besos húmedos que a hurtadillas te pesco
en tus labios carnosos,
y que saltan luchando como posesos,
dentro de la suave red de amor
que yo te tiendo.

 

Llámame loco...
Cuando mis poemas te alcanzan en la noche
por la senda de los claveles,
bailando bajo tu luna que nos acuna
con sus delirios estelares,
y unas rosas pomposas
te desprenden llamaradas suntuosas.

 

O cuando escapas de la luz de mi faro
en los piélagos del aire,
ondeando al viento tus rizos negros
camino de tu aposento,
donde resplandecen blancos lirios
que respiran nuestro aliento,
y es solo entonces
cuando yo me vuelvo loco,
un loco de remate.

 

Y te sigo con mis pupilas hechizadas,
y te miro, y te amo,
y un almendro de la noche
que florece en vos,
me ofrece su tesoro guardado.