Bajo la luna plateada, piel y deseo entrelazados,
susurros suaves, caricias enredadas, sus cuerpos abrazados.
El latir ardiente de dos almas que se encuentran,
un baile etéreo de pasión que el universo presencian.
Sus ojos, faros de fuego, se buscan sin cesar,
labios que ansían unirse, el deseo a palpitar.
En la noche sin fin, el éxtasis se despliega,
cuerpos que se funden, en la llama se entregan.
El suspiro que se eleva, como un canto al amor,
la piel erizada, el tiempo se detiene, sin temor.
Entre sábanas de seda, se escribe este poema,
un relato mudo, de pasión, entrega suprema.
Dos seres, unidos en un abrazo eterno,
en el éxtasis de un amor ardiente y sempiterno.
Bajo estrellas cómplices, su historia se completa,
un poema erótico de pasión que nunca se desafecta.