Alma de marinero
Por un cachito de cielo, o por un trocito de mar,
con mi alma de marinero siempre pensé en navegar.
Con uno marcar el rumbo; con el otro en soledad,
en un barquito velero, yo quiero hacerme a la mar.
¡Velero!
Con alma de aventurero
en tu quilla y el timón,
tú vas por el mundo entero
con vientos como ciclón
llevando a tu marinero.
Con velas de terciopelo guiadas desde el timón,
voy manejando el viento con alma de trovador.
Navegaré entre las olas poniendo mi corazón,
música de caracolas que me calmen el dolor.
Con una mar de costado
recogiendo voy las velas
con vientos huracanados
que van rompiendo las telas.
Quiero seguir por sus aguas navegando por la mar
envuelto en su azul manto, con sol que la hace brillar.
Dormiré bajo la luna sin quererme despertar;
soñaré con las estrellas que se pierden en el mar.
Estrellas que caen de noche
desprendidas de las ramas,
de un árbol resplandeciente
que de la luna es la cama.
Los pesqueros con sus redes de la mar van extrayendo
estrellas del firmamento que, cayeron por las noches
arrancadas por miradas que enamoran con derroche,
mirando la blanca luna cuando el sol se está durmiendo.
¡Caballitos en la mar!
Caballitos de colores
saltando va entre las olas
con sus recogidas colas
por el mar de mis amores.
Va recogiendo mí barca las estrellas de la mar
que quieren volver al cielo para ponerse a brillar,
con la blanca luz de luna que se refleja en mi barca
mientras ella va tirada por caballitos de mar.
Soñaré sobre sus olas
en el mar de la alegría
para quitar penas mías…
contaré…contaré…estrellas.
Que son millones de ellas mezcladas entre los planetas,
cubriendo de lucecitas están las estrellas bellas
entre algodones de espumas, sabiendo a miel y canela ,
nereidas del mar cantado; todas ellas con trompetas.
Emergerá de esas aguas
con una corona puesta
y una lanza de tres puntas
Neptuno abriendo las puertas.
Hecha de hermosos corales de conchas y caracolas,
rodeada de rubíes, lleno de piedras preciosas.
Al despertar entre brisas, una luz se irá encendiendo,
va naciendo la alborada, la noche se va perdiendo.
Navegaré hacia un río
que parte en dos mi ciudad,
teniendo ese río nombre
de antigua… guerra naval.
¡GUADALETE!
José Ares Mateos (Menesteo)