Tentación mía, estrella inalcanzable,
me envuelves en tus pétalos seductores,
me arrastras hasta los infiernos de la pasión,
dulzura, como un mordisco de manzana fresca.
Quiero llegar al antro de tus besos,
vicio poderoso que al mirarte me provocas,
no puedo negar estas ganas de saciarme de ti,
de solo mirarte me imagino el paraíso anhelado.
Porque resignarme a no desearte,
si siempre apareces igual que la tormenta,
llegas fugaz como el relámpago de mil fuegos,
como no embriagarme del fresco aroma de tu sensual figura.