No quiero que nuestra relación sea sólo sobre Te amo y te extraño e historias sobre lo agotador que fue nuestro día.
No quiero que se trate de cuánto lo sientes por dormir durante nuestra llamada, cuanto alcohol bebimos anoche y cuánto querías abrazarme de nuevo.
No quiero que sea solo por tonos de rojo, romance adolescente y romper las reglas.
No quiero que se trate solo de nosotros.
También quiero que se trate de cuánto querías perseguir tu felicidad, cuánto te llamas un desastre pero aún así tratas de ser mejor cada día, y cuántas heridas recibiste pero aún crees en el proceso de curación.
También quiero que sea sobre los días en los que ambos queríamos espacio personal, descanso, y tiempo para nosotros mismos.
Y al final, también quiero que se trate de cómo perdonamos las deficiencias del otro, cómo celebramos nuestras pequeñas victorias, y cómo aceptamos nuestras diferencias.
También quiero que se trate del agradecimiento por cómo elegimos quedarnos, por cómo veíamos más allá de nuestras imperfecciones, y por permitirnos cometer errores.
También quiero que se trate de nuestro crecimiento, como pareja, y como nosotros mismos.