Leí que existe un amor que nadie recuerda
y en ello me vino a la cabeza
aquella chica de sonrisa eterna
que anunciaba cremas,
en los veranos de mi vida
estaba siempre ella
de cara a poniente,
yo le llegaba siempre por la izquierda
y la miraba y me sonreía
y para cuando el agua del mar
me llegaba a la cabeza
allí estaba ella,
para socorrerme con su mirada,
para venderme un protector solar
contra los rayos de cualquier naturaleza,
de esos que previenen
de las quemaduras y carraspera.
Tan dulce y bella
y con esa su delicadeza
de musa de un concurso de belleza
y ella
se fue
un día la descolgaron a ella
de aquel cartel de anuncios
y me pusieron para que me entretuviera
a un señor que anunciaba melones
que transportaba en una carretilla eléctrica.
Porca Miseria: Santa Mierda,
desde entonces el amor me flojea.