Amada mía, solo quedan para ti
poemas del alma
que nacieron y nacen en la
inmensidad de la montaña
pureza blanca que se vuelve
torrente.
Recorriendo el valle fértil del
alma
inundando los campos de
sentimientos donde florecieron
los te quiero
que adornaron pérgolas, ramos
y capillas.
Dieron esperanza, dieron alegrías.
Palabras que emergieron y
Emergen de lo más profundo
Donde se desnuda de piel
Y huesos.
Donde el silencio hace ruido
Cómo corriente de agua golpeando
rocas.
Palabras que nacieron y nacen
como alud de lodo arrastrando
todo,
de esos lugares llamados sentidos.
Amada mía solo quedan para ti
poemas del alma.
© Marcelino Víctor 12/2023