Me envenena la música
con su ritmo melancólico,
mientras aterido de nostalgia
busco hilvanar palabras capaces
de definir esta sensación caótica
que rebosa mi cerebro y mi alma.
Llueve y, como la tierra está empapada
con las lágrimas del otoño,
está calado mi ser con las lágrimas
de mis recuerdos.
¡ Soy como este tiempo: otoño. ¡
Se desvanecen las imágenes veraniegas
como caen las hojas moribundas
al olvido del marchito suelo,
se extinguen las alborozadas alegrías
como fenecen las flores agonizantes…
¡Qué tristeza me cubre ¡
Muere el tiempo en un reloj dubitativo
y la música, doliente pensamiento,
me sosiega.
¡ Todo es otoño….
También mi corazón,
que, como el reloj dubitativo
tiembla en mi pecho.