Hoy es para Ella, un día, con penas, acendradas.
Nada puede alejar de su alma, su prístina figura.
Sufre y sus penas, son por ansias desencarnadas.
En verdad, la consideró, la más sublime criatura
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Cómo hacer, preguntó a sus amigos y allegados.
Percibe que, en las cosas del amor, todo se vale.
El dilema surge si Ella, está demasiada apegada.
En serio, en el amor no pretendas que, te iguale.
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Llegó a pensar, qué eso que rumiaba, era amor.
Hay mucho que explorar, para estar, bien segura.
Ella pensó qué, más bien, quería evitar ese dolor.
En serio era sensible y, del amor, amó la ternura.
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Nunca había imaginado un, amor, sin delicadezas.
La entiendo, no juzgo, soy partidaria de la dulzura.
Reniego de los odios, gritos y otro tipo de rudezas.
Sí tuviera un amor grosero, me alejo con premura.
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¡Cuidado hay que tener, con ser grosero y violento.
Te ofenderá y, los agravios, no se los lleva el viento!