El día largo pasa, lo siento;
percibo desigual el aliento,
el camino se hace estrecho
a un débil corazón deshecho.
El día corto es insufrible,
pasa sobrio como el viento
seco, valiente y sediento;
se humedece y es resistible.
Día largo, sutil y corto
parecieran tontos, efímeros;
duele existencia, no soporto
no quiero últimos ni primeros.
El tiempo no me perdona
lacera el alma pasajera;
él, insensible, no exagera
sin sentimiento, no razona.
Sin luz ni norte ciego camino,
bella lejania he llegado,
agradezco a Dios y destino
por los años alcanzados.