Si todo va al polvo, me resigno a morir
Entre tantas mareas altas y entre tantas mareas bajas
Piedra en un mar de plenitud
Donde la poca lucidez puebla la mente,
Tengo presente el brillo diamante de los cielos de éxtasis
Las hectáreas de Edén en un solo segundo detrás de las cortinas
El signo etéreo del espíritu
Mirando las estrellas cada vez más cerca
Bebiendo vinos de elevadas plantas
Tragos de luz e infinidades
No hay quien venza ante la libertad
No hay quien triunfe ante la luz del sol
No hay quien destruya la luz
Me resigno a tomar de la mano el hilo de incertidumbre
Me resigno a ir tras los caminos de la muerte,
Veo la vida, mar de enseñanzas, me quito la ropa
Camino lento, y me sumerjo,
Me sumerjo,
Me sumerjo.