El último beso dulce
sobre mi sien,
sobre los labios abiertos.
El último roce de tu índice
sobre mi mejilla.
El último anhelo por esos pozos
en mi vientre.
Nuestro último silencio cómplice
tras los gemidos.
La última mirada perdida
entre verdades terciopelo.
El último amanecer.
Morí de pie.
El final fue viento frío en pleno verano,
no supe abrigarme.
Esperaba al sol.
Aunque aún duele este amor espina,
allí dejé de quererte.
Valiente deseo mi soledad,
con polvo de estrellas
entre los dedos de los pies,
juegos de arena sin reloj.
Vida, dame ganas de seguir
hollando pasos de astronauta.
Llegó la última de tus sonrisas.
Y tengo tantas ganas de vivirme
y ser dueña de mis presentes,
que nada más importa.
Sueño un horizonte caleidoscópico,
lleno de parpadeos de plenitud.
Quiero rendirme a las noches
y disfrutar de la luna,
rodeada de luciérnagas de algodón.