No le temo a la soledad
le temo a la incertidumbre,
tengo el alma en vilo
temo enamorarme
más de lo debido.
No sé que duele más
si tenerlo por poco tiempo
o pedirle que se vaya.
Pienso en frío,
pero me siento acorralada
prefiero llorar
cuando él se vaya.
No quiero dejar escapar
lo que a tener a bien
la vida me ha ofrecido.
Sensata siempre he sido
pero dejaré que,
a la vuelta del reloj
el azar decida.