Derramo la tristeza sobre las notas de mi piano, Las notas graves acompañan mi dolor y las agudas la angustia de mi alma.
Está composición desahoga mi callada voz, y la firmeza de mis dedos al tocar las notas es la voluntad del alma.
Los latidos de mi corazón son el tempo de la melodia a seguir, y cada respiro el pulso de los silencios en el compas.
Por más que la tristeza embriague este piano, no dejará de cantar y transmitir mis sentimientos.
Aún en la tristeza hay hermosura.