Aún al mirar el cielo se pintan los recuerdos de tu sonrisa.
El color de tus labios ese que aún me mantiene cautivado, y me hace pensarte en contrá de mi voluntad.
En mis sueños tomas el control y te haces con el protagonismo, enseñando a mi endeble corazón esa vida que un día me ofreciste.
Hoy culpo fervientemente a mi vaga comprensión, ante tus sentimientos yo pido perdón.
Las calles de la ciudad me reciben cuál vagabundo añorando compañía.