Lamento no haber escrito ayer, pero estaba ocupado teniendo una crisis nerviosa.
Lamento no llamar ayer, estaba recordando las palabras que usé, la forma en la que te hablé, cómo te recité y cómo te adulé.
¡Ahora no sé cómo mirarte, quiero mirarte con amor, pero es imposible!
No puedo presionarte, no puedo forzarte...
Lamento que sea así, esperaré hasta que sea el día.