Te digo adiós
y guardo en el recuerdo
algunos días.
Año que acabas
las páginas sagradas
que nos dejaste.
En ellas llantos
y risas se mezclaron
en confusión.
Hubo de todo,
tristezas y alegrías
en esas fechas.
Hoy son recuerdos
de días y momentos
que compartimos.
El tiempo pasa,
nos lleva de la mano
sin darnos cuenta.
Por eso adiós,
te digo nuevamente
y con respeto.
Añoro al año
que viene a sucederte
con muchas ganas.
Le pido amor,
caricias y ternura,
para los niños.
Y que los hombres,
no dejen de ser niños
y también sueñen.
Rafael Sánchez Ortega ©
31/12/23