Comienza un nuevo día
y empieza el nuevo año,
el sol luce con fuerza,
nos besa con sus rayos.
Hay muchas ilusiones,
proyectos y hasta encargos,
al año que nos llega
vestido de regalos.
Y luego, algunos días,
encontraremos dardos,
ocultos en el tiempo
y el lodo de los campos.
Pero otros serán humo,
deseos añorados,
que nunca serán nuestros,
cual sueños del verano.
No importa, nos decimos,
soñemos y vivamos,
la vida es un compendio
de risas y de llantos.
Vivamos el presente,
segundo y rato a rato,
sintiendo que la vida
va siempre a nuestro lado.
Y va con los latidos,
del pecho y bombeando,
la sangre por las venas
del niño enamorado.
Entonces, la sonrisa,
que aflore a nuestros labios
y sea la divisa,
del año veinticuatro.
Rafael Sánchez Ortega ©
01/01/24