Aún sigue doliendo el recuerdo,
Aún siento correr el miedo y la insertidumbre por mis venas,
Aún siento la angustia desesperante en mi corazón,
Al recordar la gran tristeza que dejó su ausencia...
Fueron días de mucho dolor, sin sentido,
Era morir en vida en cada segundo sin ella,
El silencio del teléfono aumentaba mi agonía,
Viendo morir mi esperanza en cada anochecer sin motivo...
No fue nada fácil continuar cuando las puertas se cerraban,
Cuando día a día más amigos me daban la espalda,
No fue fácil levantarme y despertar en la esperanza,
Que solo me daba mi padre celestial ...
Mi vida se detuvo en un instante y mi corazón fue dividido,
Mi alma rota por la ausencia de mi hija,
Y la razón que se mantenía firme por mi pequeño amor.
No podía dejarme caer y en mi fe me fortalecía,
Diariamente pidiendo en oración fuerza a mi Dios,
Mi alma deshecha y mi corazón agonizante,
Se fortalecian por mi pequeño gran corazón,
Su abrazo tierno y lleno de amor sincero,
Me inpulsaban cada día de prueba que tuve que enfrentar,
En aquel pasado incierto...
Tras tantos días de búsqueda incansable,
De noches de insomnio y lenta agonía sin poder encontrarla,
El momento tan anhelado llegó dejando atrás la insertidumbre,
De aquella búsqueda desesperada,
Ante el asombro del mundo, brillo la fe,
Con el regreso de mi hija adorada.
De: nubedeamor