jvnavarro

EN EL ENCANTO DE ESTE LUNES

 No quiero romper el encanto de este día,
quieto él, yo lo miro,
lo dejo que se estruje,
que se reduzca casi a orujo,
para amasarlo con mis ideas
y comérmelo entre tragos de vino tinto.
 
Este día de inicio de un nuevo año
trae la congoja en él sumergido
de los pobres que tienen hambre,
de los ricos que se sienten atraídos
por su riqueza dando vueltas a un limbo.
 
Poca gente por las calles,
todos duermen sus excesos nocturnos;
a duras penas caminan las horas
y se distraen las nubes en el cielo
tejiendo suspiros,
que arrojan a los brazos
de los rayos luminosos ya irrumpiendo, 
casi al tiempo que se sienten atraídos
por la congoja de la mañana
muerta ella de frío.
 
Espera con impaciencia
ella la mañana
a que acabe este poema
para venirse conmigo,
a dar una vuelta aunque solo sea
por allí donde todos los días, uno,
de todos los  eneros,
de la vida de uno,
fue testigo de que seguía
con el cambio de año, todavía vivo.
 
En algún momento de algún día como este,
seré algo distinto,
a lo mejor parte de esas nubes o de ese rayo de luz,
o de un suspiro, o de una caricia o de un beso consumido,
algo seré, pues soy materia
que aunque cambie de oficio,
ya polvo o hueso, ya esqueleto en si mismo consumido,
tendré algo de vida, en algo en mi distinto.