AQUELLAS DELICIAS DE TIBIOS NIDOS
Me he colgado de una estrella
esa que azuleaba nuestra soledad
esa que entibiaba de amor el poema
y éramos mieles para embriagar.
Cada día letras con luz candente
fluían desde nuestro interior
hilvanando palabras de ilusión
en nuestra mansión de amaneceres.
El tiempo cruel e indiferente
apagó le luz de aquella estrella
la brisa escondió su llanto silente
y el alba fue más oscura sin las letras.
Pero … aquellas delicias de tibios nidos
aún ...aún danzan alrededor del viento
al compás de nuestros eternos delirios.
Poemas de Pepita Fernández
(Argentina-01/01/24)