Pasa de nuevo, una vez más.
Lo presenti, lo ví venir, lo sospeché pero no lo creí, no lo aceptaba y lo negaba a mi realidad.
Al enterarme no contuve aquel llanto, ese que por poco creí haber apagado, ese que sabe a deslealtad a la traición a la amarga mentira en la que se vive. Y no lo entendí, creí que ya era más fuerte, solo era repetición de lo que ya había vivido en otro pasado pero \"lloré\", y ¿Dónde estaba la fuerza de aquella experiencia?.
Creí merecer oportunidad, creí en el consuelo, en la decisión de amar y confiar. Creí en él, en sus palabras, en su caricia, en ese abrazo, en lo que ví que no fué más que irreal.