El último aliento para el destino.
El último deseo para su adiós.
¿Un mar de emociones?
El mismo mar de sus lágrimas, sus sentimientos lo revelan.
El reflejo del agua que emana de sus visiones es la amargura misma, la desesperación, la depresión y la oscuridad.
El apagón de sus latidos fuertes, aquellos que cada 60 segundos me recordaban.
Esos latidos que se aceleraban cuando apretaba su mano, cuando mis vibraciones se fusionaban con las suyas y se formaban estática.
La misma estática que junta todos nuestros sentimientos y los convierte en algo único.
Algo esencial, algo que sin duda usted recordará en su lecho de muerte.