Wilson Delgado

FASCINACIÓN

FASCINACIÓN

Disfrutaba como una bestia su cuerpo increíble al hacer el amor, ella me daba vida y me mataba en esos instantes de magia, de placer y de seducción, su piel era mi fascinación, mi locura y mi delirio, era un viaje de gloria, de tormenta enfurecida, de calma y de paz, los poros de su piel el paisaje en el que mis dedos se mojaban entre su humedad, los deseos ardientes y su pasión incontenible.


Ella tenía su posición favorita, yo la mía para la fusión y la perfecta conexión, me daba la iniciativa para encender la llama de mi pecho y derretirse en la lava de mis venas cuando apoyaba con fuerza una de sus manos y sus uñas sobre mis hombros y mi cuello en el afán de sostenerse buscando el equilibrio necesario para dejar sus huellas, sus marcas de leona en celo y su pulso temblaba en su respiración. 

Era su hombre y sostenía en una mano su espalda hasta sus costados para empujar su cuerpo hacía el mío y la otra más abajo de su cintura justo detrás de la gloria de su paraíso mientras mis labios sentían la humedad y la rigidez en el refugio bendito de uno de sus pechos, ella se movía montada sobre mi cintura al ritmo que le gustaba mientras gemía y yo respondía casi sin aire a sus impulsos que me conducían al éxtasis bañándome en su miel.