Un año viejo que se llevó horas vencidas
con muchos minutos y segundos expirados
arrastró esas hojas marchitas y envejecidas
sepultó pensamientos tristes y aletargados.
Nos ha dejado reflexiones muy arraigadas
que ahora despiertan nuevas expectativas
rutinas tras memorias que son amainadas
por el firme viento que sopla sus iniciativas.
Sentimientos que han quedado atrapados
sin variar en lo recóndito de fieles amores
sus corazones aún desnudos siguen atados
superando los perennes recelos y temores.
El tiempo nos despoja de muchas visiones
cada instante nos separa de sendos deseos
el reloj no detiene su curso, sin excepciones
y empieza a alejarnos de anhelados trofeos.
Sólo queda seguir avanzando por el sendero
que marca los pasos ya andados en la arena
elevando en el aire varios sueños cual velero
con la ilusión que prescriba alguna condena.
***Omaris Redman***
Enero 3, 2024