Nazaret Muñoz

El niño de mis ojos.

El niño de mis ojos.

 

Nunca llegue a pensar
que podía llegar a querer a un niño
de mirada tierna y tranquila,
de un anochecer trágico.

Ese niño lleno de ternura
que ilumina la noche más oscura
con la luz de su risa,
con la calidez de su aura.

Lo añoro en las noches frías
cuando su ausencia me intimida
volviéndome trágica e indefensa,
convirtiendo mi llanto en lluvia.

El amor que me hace quererlo,
es como agua en el desierto,
el anhelo de su abrazo
calma mi tristeza y apacigua mi llanto.

El me acaricia con cariño y dulzura
y me demuestra su amor incondicional
con la más pura inocencia
que limpia esta terrible vergüenza.