Nataly Olarte

Sin despertar.

A las fauces de Nerón

Caminan pléyades ya aburridas de su constelación

Nómadas del manto infinito

Que con desdén abandonó algún dios.

 

Empapadas del briago aroma

De lirios que entrampa el destino

Desgastan sus lenguas virginales

Rondando las aceras del vino.

 

Un frío guerrillero

enturbia sus aguas medicinales

Entre instantes belicosos

que absorben sus humedales.

 

Presencias fósiles

Volatizan confesiones de humo

Reverdeciendo senderos

Que parecen césped, pero son musgo.

 

Un cardumen nebuloso

Restos de estrella muerta

Hambrientos van a su encuentro

Corriendo la silla, abriendo la puerta.

 

Estridentes ritmos modernos

Sensaciones artificiales

Despiden en burla al sabio

Sellan futuros penitenciales.

 

Ay! Pobres de aquellas

Que el nido abandonaron

Con lentes de niña ilusa

Su inocencia sortearon.

 

Un día llega el ocaso

Coloreado de piel ajada

De vacío gris en el pecho

De melena corta y plateada.

 

Recoge pequeña luz

La escarcha que hoy desechas

Mañana necesitarás magia

Pa’ soportar la vida maltrecha.