Teníamos poesía,
estás bocas que se han hecho
para saciar.
Esa sed de besos, y es que,
¿Qué otra sed conozco desde conocerte?
teníamos el cielo para alto volar,
y más bajo no podemos estar,
con espaldas cansadas de tan abajo mirar.
Teníamos
la luna que alumbra
por las noches y no tropezar,
teníamos en común mil cosas
que nos hacía ridículamente un buen par,
y sin palabras nos quedáramos al encontrar,
temíamos de amar.
Kassandra.