En una nube te encontré: estabas soñando, amor mío, estabas soñando como las aves que tejen música en sus nidos y me acerqué repleto de futuro. Te vi, te dibujé, te bañé de colores y te quise para mí con la euforia de los que desean con locura.
CORO: Oh dioses, repartid su divino bálsamo en todos los corazones y consagrad la flama de los enamorados.
Sí, amor, te encontré en aquella nube: estabas soñando, estabas cantando, estabas volando, y me acerqué con la promesa de un beso. Entonces despertaste de ese sueño y entraste en otro sueño donde ahora habitamos los dos.
Qué hermosas son las nubes que se cruzan con tus ojos.
Qué afortunadas son las aves que llegan a tu oído.
Qué privilegiadas son las flores que habitan en tu olfato.
Qué amable se vuelve el viento que te abraza.
Te quiero, mi vida, como quieren los locos, los ingenuos, los soñadores... porque cuando se quiere como yo te quiero no se razona ni se analiza ni se juzga.
¿Sabes?, cuando miro al cielo ya no veo ningún cielo porque en mis ojos solo estás tú, cielo... por eso te quiero mucho, muchísimo, y en cada \"te quiero\" va naciendo un \"te amo\".
CORO: Oh dioses, repartid su divino bálsamo en todos los corazones y consagrad la flama de los enamorados. ¡Así sea!