Eres, amor, como el rumor del agua
corriendo en el arroyo cristalina,
cual nota musical sonando pura
en concierto arrobado de susurro.
Eres, amor, como el trino de los pájaros
despertando la trémula alborada
jugueteando con los incipientes rayos
en fiesta de alegría en la mañana.
Eres, amor, como la niebla espesa
anegando los campos y las flores
cubriendo mansamente los colores
con el rocío de la escarcha inmensa.
Eres, amor, como la luna llena
iluminando la sombría noche,
resplandor egregio en la tiniebla,
razón en el error que nos acoge.
Eres, amor, como un mar de estrellas
donde navegan los barcos solitarios
desplegando al vendaval las velas
que llevan a lugares olvidados.
Eres, amor, como el grito desgarrado
del corazón ante la muerte,
como oración ante cuerpo inerte,
como plegaria hacia Dios crucificado.
Eres, amor, la lluvia que me cubre
en la primavera cantarina,
como la hierba humedecida,
pensando en ti en triste octubre.
Eres, amor, lo más hermoso de la vida,
infierno y paraíso al mismo tiempo,
pecado y arrepentimiento,
eres la única razón divina...
... pero te escondes de mi en el horizonte
y has pasado de largo sin mirarme.