el brujo de letziaga

Caballo de madera.

Aun recuerdo aquellos días de nieve y lluvia adormilado sobre el vetusto canapé del salón, y una estufa de butano que calentaba la fría estancia mientras soñaba cien batallas al galope de mi caballo de cartón.

 

Pero los años se han ido deshojando como las nubes han ido pasando mientras dejaban atrás un cielo que no era suyo y nunca será de nadie. Hoy que me quedan menos mañanas que ayeres y voy volando hacía un horizonte de polvo..., es cuando quisiera regresar al calor de mi viejo hogar.

 

Pero el viento me ha soplado que tan solo queda la belleza de mis arrugas y un caballo que me espera..., el cual es de fría madera.