Me gustaría
mirar tus ojos en la noche
y contemplar en ellos
las estrellas.
Quizás entonces, recordaría,
aquel instante,
vivido, en la montaña,
y que al lado de una fuente,
te abrazaba
y buscaban mis pupilas
a las tuyas.
Al recordarlo, ahora,
mi piel, de nuevo, se estremece
y siento que la sangre
se desborda por las venas
al compás de unos latidos,
desatados y anacrónicos,
que buscaban tu presencia.
Estaba enamorado y quería
compartirlo con tus ojos,
en esas estrellas que, en la noche.
me brindaban tus pupilas.
Y allí te amé y te abracé
para sentirte cerca, y a mi lado,
para escuchar de cerca tus suspiros,
y para notar tu corazón,
latir, también, apresurado,
como el mío.
Por eso digo que me gustaría,
mirar tus ojos en la noche.
En esta noche tan especial,
y en todas las noches
que me restan por vivir.
Rafael Sánchez Ortega ©
07/01/24