Ante mi la escalera que espera el ascenso.
Nada me motiva a dar el paso principal.
Se han ido los primeros días de enero, en silente espera.
Muda existencia de un año que comienza sin hablar.
¿O es que acaso soy yo, desconectado del todo,
aislado en el pasado inerte que no se va?
Me creo que hay lectores que extrañan estos versos,
porque siempre están como esperando que lleguen del más allá.
Y en el vanidoso interés que en mi mente despiertan
me disculpo ante todos los que me hacen soñar,
y miro nuevamente la inclinada escalera,
y siento que su pendiente me quiere aplastar.
Así vaga mi mente en medio de la soledad.
De trasfondo melodías de Silvio me hacen reaccionar:
son los años 60, que hace tiempo que no están.
Por allá dejé olvidadas mis primeras poesías,
cuando la escalera comenzaba a subir,
sin mirar la pendiente que tendría que escalar...
Y en medio de ese silencio de olvidos,
\"La Maza\", de Silvio, me hace reaccionar:
Ante mi la escalera que inspira...
Décadas de escalones ya he dejado detrás.
Silvio y Vicente me inspiraron en los primeros años.
¿Qué hacer... parar o continuar?
Miedo me da ver lo que tengo que bajar...
¿Para qué son las escaleras, sino para subir?
No hay alternativas: el regreso es obligada despedida;
es retorno caminando de marcha atrás.
Solo en las tumbas las escaleras son hechas para bajar,
hasta el final...
Frank Calle (7/ enero/ 2024)