Brian Carmona

QUERIDA MIA

En el crepúsculo de nuestras vidas,

donde el tiempo teje sus propias medidas.

Querida mía, en esta carta entrelazo,

los recuerdos de un amor que no tiene ocaso.

 

Caminamos juntos por el sendero del ayer,

donde el sol y la luna fueron testigos de nuestro querer.

Adversidades como tormentas nos desafiaron,

pero nuestro amor, firme y eterno, lo contrarrestaron

 

En las líneas de la piel, trazadas por los años,

se esconde la historia de dos almas que han caminado.

En la danza de la vida, compartimos risas y llanto,

tejiendo sueños en cada paso, como un manto.

 

Querida mía, en la juventud de corazones vibrantes,

plantamos semillas que crecieron como diamantes.

Afrontamos tormentas, naufragamos en la incertidumbre,

pero juntos, enfrentamos cada sombra entre la lumbre.

 

El tiempo, como un fiel cronista, ha registrado

nuestra historia de amor, donde el lazo se ha atado.

En las arrugas de nuestras manos, un mapa trazado,

del viaje compartido, del amor consolidado.

 

Recuerdo la primera vez que nuestros ojos se encontraron,

como dos estrellas que en el cielo se abrazaron.

Las promesas susurradas en la brisa de la aurora,

se convirtieron en cimientos de una vida que atesora.

 

Querida mía, en esta carta de recuerdos entrelazados,

quiero que encuentres la esencia de nuestros días pasados.

A pesar de las tormentas, la luz de nuestro amor brilló,

como faro en la oscuridad, un faro que nunca se extinguió.

 

Ahora, en el crepúsculo de nuestras vidas, te escribo,

con la tinta de un amor que el tiempo no ha vencido.

Querida mía, nuestra historia es un poema de fortaleza,

de un matrimonio de ancianos, que el amor engrandece.