Cierto día unos maestros famosos se reunieron para compartir sus conocimientos y decidieron hablar sobre la humildad.
-Budha afirmó que la humildad era vaciar el yo y reconocer que todos buscan la felicidad, así que la compasión surge cuando deseamos que otros sean felices, cuando valoramos a los demás mas que a nosotros mismos.
-Lao-Tsé expresó ante esto que saber que no se sabe, eso es humildad. Pensar que uno sabe lo que no se sabe, eso es enfermedad.
Los sabios comparaban sus conocimientos y sus oyentes y aprendices escuchaban atentos y se maravillaban. Los maestros seguían llenando la
morada y contribuían todos con su conocimiento, lo compartían y versaban sobre la humildad.
- La vida es una larga lección de humildad, dijo Sir James Matthew.
Todos aplaudian, los alumnos quedaban atónitos, hasta que la puerta se abrió y un hombre entró, algunos tomaron con disgusto que entrara porque pensaron que interrumpía la reunión, otros no le pusieron atención y otros lo recibieron con un saludo, mientras los sabios sonrieron y continuaron su exposición, los alumnos siguieron poniendo atención a los maestros y se deleitaban en sapiencia.
-Confusio agregó que la humildad es el sólido fundamento de todas las virtudes.
Entonces aquel hombre que había entrado sin aviso, se levantó y al ver que todos estaban hambrientos, sedientos, y cansados prosiguió a servirles, nadie se lo pidió, fue algo espontáneo, y hasta los que le vieron molestos al principio agradecieron su servicialidad. La reunion siguió por largo rato y cuando terminó todos se preguntaban quien era aquel que los habia atendido tan amablemente y con dulzura. Lo buscaron y lo hallaron orando en un rincon y lavando los pies de sus apóstoles, y le preguntaron: ¿Quién eres, cual es tu nombre?
-El les respondió: Yo Soy la sabiduría, Jesucristo.
Todos los presentes no habían antes oído semejante declaración, como un hombre se hace llamar a si mismo la sabiduría personificada, será esto presunción, acaso los maestros no hablaron por dichas presunciones sobre la importancia de la humildad, y este afirma ser la sabiduría; ante lo que Jesucristo les respondió:
-Pues ni aun el Hijo del Hombre vino para que le sirvan, sino para servir a otros y para dar su vida en rescate por muchos».
algunos se molestaron llamando a esto presunción, como ellos entendian a haber dicho de si mismo ser la sabiduría misma, el resto comprendieron y entendieron la lección como niños aleccionados por su Padre. (Ser siervo y servir a otros con amor es la humildad. Temer al Señor y reconocerlo es ser sabio, y el sabio reconoce la sabiduría cuando está ante esta). El Señor aun siendo como Dios y siendo hijo de Dios, se hizo uno de nosotros y fue siervo y sirvió a los hombres con amor\"