Si no te muestras como eres,
no estás viviendo, actúas.
Lo importante no es caerle bien a todos,
a fin de cuentas no somos monedita de oro;
el respeto y la tolerancia es tan necesario para otros,
como para ti.
No olvides que Jesús enseñó:
“ama a tu prójimo como a ti mismo”.
Tu vida es un obsequio de Dios
y una oportunidad para tu crecimiento,
no la desperdicies intentando
parecer quien no eres.
Lucila De Melo(MMGA)
Uruguay