Elegí escribir como terapia.
Entre versos sin rima
fui desnudándome,
mientras me hacia
más fuerte.
Me apoyé
en el que escucha
y no juzga.
Hice de mi casa un museo
de sentimientos pintados.
Luche contra mí mismo,
sin darme por vencido.
Mi voz interior me decia
un dia tras otro,
que podría.
Pedí ayuda,
como quien se mira
en el espejo,
antes de salir de fiesta.
Rompí moldes
con mi mente testaruda.
Camine descalzo y cansado,
hasta encontrar la salida.
Para llegar lejos
es mejor empezar desde cero,
cogido de la mano
de quien te quiere.