Desmenbrados los confines de mi mente piden
tregua que sepa a ti, aunque estas laceraciones de vida olvidada
recuerden que de tregua son solo segundos que preceden a tan violenta
masacre, la cual sobrevivo replicando los movimientos de tu bella enseñanza.
Tan pocas palabras para esculpir algo digno de ti, digno de los fragmentos
que tragué en cada pesadilla, en cada arpegio añejo, en cada vuelta a tus labios.
De noche, ageno a la tierra que soporta mi espacio, briago de ausencia
le imploro a toda denominacion de seres oscuros, que el folclore humano
ha exaltado, que acojan mi alma con la esperanza de que me devuelvan a ti.
y no hay mas respuesta que la soledad que tan afin es a mi ansia carroñera.