NOGAL
Yo tuve un nogal amigo que era un elefante
sus hojas eran ojos que cobran secon el viento
y el estuche verde de sus nueces teñían las manos
su corteza se desprendía en anillos
era mi hermano gris
generoso y suave
era fácil treparlo
abrazarlo
acariciarlo
llegar muy alto
esconderse entre sus brazos
mis ojos latiendo entre sus ojos
sintiendo el perfume de las cercanas cerezas maduras
debería haber llorado sobre las marcas
cuando la soga de la hamaca fue retirada
porque ya era la despedida
ahora él sigue en el mismo lugar
tal vez más gruesos sus brazos más finos
tal vez haya sobrepasado el tejado
y sigan cerca los frutales vecinos
y cuando yo ya no esté en este mundo
él seguirá creciendo y reconstruyéndose
y no seré más la que lo abandonó para seguir su camino
sino parte de todo lo que él deja atrás
en el transcurrir de su larga vida enraizada.
ROSARIO BLEFARI.
MI AMIGO EL BAMBÚ
Una vez tuve la fortuna
De tener un Bambú de amigo
Generoso en su ramaje
Plantado en la vereda
Regalaba sombra y frescura
Al portal; En la casa de mi padre.
Bajo su abrigo y cobijo aprendí de amor
Recosté mi hombro sobre sus cañas
Y deje mis temores a la luz de la luna,
Alcanzar las luminosas estrellas.
¡Que bonito recibir la bendición del viento!
Que en sus varas altas de caña Verde y amarilla.
Con ritmo y cadencia en su mecer vibrante
Susurraba embrujo y melancolía.
Yo le robe al amparo de su complicidad
Los primeros besos dados con fervor
Y encontré en él mí perfecto amigo
Para vivir la historia de ese mi primer amor
El siempre presente y diligente jamás me faltó.
Cuánto cabe en el recuerdo de mis horas dulces
La robusta presencia de aquel Bambú.
No puedo escribir de mis horas felices
Si mencionar la existencia en mi vida
De mi amigo el Bambú.
El resguardo que encontré en su sombra
Siempre me invitó a ser feliz.
Sus vibrantes verdes y amarillos
Y su candente vaivén rumuroso
Fueron fieles testigos de esa mi felicidad.
Pasaron los años y la vida
Y mi hermoso Bambú despareció
No estuve presente y no conozco la historia
En las nefastas horas de su extinción.
Talvez fue la modernización la causa
Inevitable de tan lamentable error.
Cada vez que la vida me transporta
A la presencia de algún Bambú
Vuelvo a rememorar las horas
Que bajo a su sombra me regaló el amor.
Lamento yo el hecho que ya no embellece
El portal en la casa de mi padre mi amigo él Bambú
Lamento los nidos ausentes en sus esplendorosos ramajes.
Lamento el amor perdido que su sombra abrigó.
Solo en mi recuerdo se mece airosa
La imponente presencia de mi amigo el Bambú.
Cuánto diera hoy tener la ventura
De compartir los últimos años en mi vida
Al amparo en la sombra de un hermoso Bambú.
Agradezco y conmemoro hoy
La existencia de mi amigo el Bambú
Que en el sendero de mi destino
Con su hermosa presencia relució.
Martha Patricia-Enero 10-2024