Una parte de mi vida se muere en los brazos del silencio
esa parte de mí donde la tormenta es infinita tempestad,
esa mitad que solo ve las penumbras y se persigna en el duelo
encerrando la mitad de mi ser en su propia cárcel de cristal.
Y mi otra parte queriendo alejarse del humo y del fuego
queriendo ser un ave emigrante volando sobre el mar,
deseando volcar en un papel a los nuevos sentimientos
buscando un nuevo horizonte adonde un día poder llegar.
De un lado la luz y del otro lo oscuro y lo mas perverso
lo que ya está decididamente enfermo y lo que se quiere curar,
lo que se siente aún demasiado fuerte y lo que está indefenso
lo que aún quiere reír y lo que hoy tan solo quiere llorar.
Así atravesando estos momentos de mí vida tan complejos
sin saber cuál de los límites yo debo tener que cruzar,
solo espero que mis decisiones sean un completo acierto
que ya no tengo más lágrimas para tener que volver a llorar...